sábado, 19 de febrero de 2011

De amor al odio hay solo un paso.

Los recuerdos andan vestidos de viejos. Y no son viejos. Son hipócritas y chismosos. Yo amo los chismes. Pero odio los recuerdos y las lamentaciones. Me gusta el me dijo y yo le dije. Y no enamoramos y nos fuimos. Y este cuento se ha acabado. Me gusta el sol y la playa. Me gustan las aceras. Y las sopas y las remolachas. Me gustan los hombres y las mujeres. Y me gusta el mar y la montaña. Me gusta el fuego y el agua. Me gustan las malas películas. Y las malas novelas. Me gusta la cursilería y el chisme. Y me gusta sobre todo olvidarlo todo. Sobre todo a los recuerdos. Soy el olvido. Y la nada. Soy el júbilo, el bienestar, y la alegría. Soy la risa y el chisme y la pantomima. Soy el idiota y el príncipe. Soy el grano de arroz y la habichuela. Soy el garbanzo y la cacerola. Soy la manzana roja. Y la sal y la pimienta. Soy la pastora de la vida. Soy la pastora de los recuerdos a quienes amo a pesar de todo. Todo lo que odio y todo lo que amo es afirmar. Afirmar. Y vivir. Y negar. Afirmándolo todo.

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